No
estará en ninguna lista de los mejores western de la historia, Andrew V.
McLaglen no era el mejor director posible, pero creció a la sombra de su padre
Victor McLaglen, y quizás aprendió algo de verle actuar en las películas del
maestro John Ford. Así que además de este simpático western, dirigió los
entretenidos western: “Los últimos hombres duros”(1976), “La soga de la
horca”(1973), “Asalto al último tren”(1971), “Cerco de fuego”(1971),
“Chisum”(1970), “Los indestructibles”(1969), “Bandolero”(1968), “Camino de Oregon”(1967), “Desafío en el
rancho”(1967), “Una dama entre vaqueros”(1966) y “El valle de la violencia”(1965).
George
Washington McLintock, es un respetado y querido ciudadano de un pueblo que
lleva su nombre, es un rudo
terrateniente al que todo le ha salido bien en la vida excepto el matrimonio,
ya que su bella esposa no aguantaba la vida del rancho y el estilo de vida de
su marido, una mujer de fuerte temperamento encarnada por Maureen O´Hara. Los
problemas surgen cuando su mujer decide volver a su casa, para ver quién se
queda con la custodia de la hija.
Las risas en este western están garantizadas
Con
esta película se abrió un género nuevo en el western, denominado “western
familiar”. Además tiene todo lo que nos gusta en el western, peleas, ganado,
indios, ranchos, salones, pero sobre todo
McLintock es John Wayne y Maureen O´Hara en estado puro.
Excelentes
secundarios: Yvonne De
Carlo, Patrick Wayne(el
hijo de Wayne), Stefanie
Powers, Chill Wills, Edgar
Buchanan y Bruce Cabot.
Los
que esperen encontrar al John Wayne más
duro no les gustará, aunque McLaglen supo sacarle su lado más humorístico. Un western
con toques de humor, que cuenta con algunas de las escenas más cómicas de la
historia del western, Wayne y De Carlo tratando de subir las escaleras de la
casa totalmente borrachos, Wayne persiguiendo a su esposa por todo el
pueblo en paños menores, y la enorme pelea entre el barro.
En
América esta película es todo un icono, tuvo un presupuesto de $2 millones y
generó por venta de taquillas la cantidad de $14,5 millones en EEUU solamente,
más $7,2 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, pero en Europa
fue un rotundo fracaso.
Este
western está claramente inspirado en el cine de John Ford, con citas clarísimas
de diversos films del maestro, la película recibió dos premios Laurel, uno como
mejor drama de acción y otro a John Wayne como
mejor actor principal
Lo
que más me gusta de esta película es la química que desprenden John Wayne y la
para mí siempre será su mujer en el cine Maureen O'Hara, y sirve de homenaje a
esta pareja que nos emocionó con “Rio Grande” (1950), “El hombre tranquilo”
(1952), “Escrito bajo el sol” (1957), “McLintock” (1963) y “El gran Jack”
(1971). Reflejaron como nadie la “guerra de sexos” en el western, se enfadan,
se pelean, pero sobre todo se quieren y se respetan. En 1939, Maureen O'Hara conoció a John Wayne en los círculos irlandeses de Hollywood, una anécdota cuenta
que O'Hara tuvo que llevar del brazo a un embriagado Wayne a su casa,
iniciándose una amistad entrañable entre ambos artistas que duraría hasta
el resto de la vida de Wayne, siempre tuvo a Wayne en su más alta
estima al actor, ella opinó:
“Wayne fue realmente un verdadero hombre...denme un hombre como Wayne”
“He tenido el privilegio de conocer a tres grandes hombres en mi vida: A
mi padre, a John Wayne y a Charles Blair”
Sus peleas y su amor figuran en los anales del cine para siempre, y en la memoria de todo cinéfilo.
Sus peleas y su amor figuran en los anales del cine para siempre, y en la memoria de todo cinéfilo.
Wayne y Maureen O´Hara en una de sus escenas más famosas