El western que me dispongo a comentar a continuación a pesar de no encontrarse en ninguna lista con las mejores películas del género, de tampoco ser muy apreciada por la crítica y de que a su director no le gustaba como había quedado finalmente, creo que es un film muy reivindicable y que merecía ser valorado en mejor consideración.
Un western muy poco valorado por la crítica y por el gran público
La razón de que a su excelente director John Huston no le gustase demasiado el resultado final de la película, fue que tuvo numerosos problemas en la fase de post-producción, en la cual la productora corto numerosas secuencias, y el final es mucho más amable de los nos tenia acostumbrado Huston en muchas de sus películas de cine negro.
John Huston en el set de rodaje
Por eso tuvo un gran enfrentamiento con los estudios, ya que Huston fue un director con espíritu rebelde que nunca se quiso plegar a sus exigencias. Huston siempre quiso realizar una película más de crítica social al racismo en los EE.UU, mientras que la productora siempre quiso realizar una película más comercial y que primase la historia de amor, el resultado final lo curioso fue que no dejó contento a ninguna de las partes.
John Huston fue un gigante del cine
En su libro de memorias “A libro abierto” (Espasa Calpe, Madrid, 1986) decía sobre esta película: “Ellos querían hacer lo que desgraciadamente yo había firmado al principio cuando acepté el encargo: una fanfarronada sobre un inverosímil héroe de la frontera”.
Un western con muchas imágenes para el recuerdo
Audrey Hepburn junto al director John Huston
Otros de los problemas con los que conto la película fue que su máxima estrella Audrey Hepburn (en su único western de su carrera) se rompiese la espalda por una caída de caballo mientras ensayaba una escena. A pesar de que finalmente se recuperó, el accidente también le provocó un aborto, en lo que supuso el segundo embarazo frustrado de la actriz. Esto la sumió en una grave depresión que hizo temer por su salud mental: llegó a pesar cuarenta kilos, y a fumar más de tres paquetes de cigarrillos al día, razón por la cual siempre repudió esta película.
Audrey Hepburn en una caída que pudo ser mortal
Pues a pesar de todos estos problemas a mi es un film que me gusta mucho por diversos motivos. Huston a pesar de dominar todos los géneros apenas dirigió westerns, únicamente cuenta con tres en su filmografía: “Los que no perdonan” (1960), “El juez de la horca” (1972) con un gran Paul Newman, aunque para ser sinceros no me gusta mucho, y por último una película no considerada dentro del género pero que en mi opinión tiene todos los códigos del western llamada “El tesoro de Sierra Madre” (1948) con Humphrey Bogart.
John Huston un director todo terrero
El argumento es muy interesante, la familia Zachary es una familia de ganaderos texanos con tres hijos varones donde el mayor es Burt Lancaster y una hija menor adoptada desde que era casi una recién nacida interpretada por Audrey Hepburn. La familia Zachary asociados con la familia Rawlins ha conseguido, tras años difíciles, tener un buen ganado. Un día, un anciano misterioso llamado Abe Kelsey (Joseph Wiseman) comienza a extender el rumor de que la hija de los Zachary es en realidad una india kiowa.
Los indios querran recuperar a su india perdida
“Los que no perdonan” quizás sea el reverso de la historia de “Centauros del desierto” mientras aquella película teníamos la búsqueda de una niña blanca raptada por los indios, aquí es el hombre blanco quien ha raptado una niña india y son los indios los que quieren recuperar a la niña india a toda costa. Diálogos cargados de ironía, sacados del excelente guión de Ben Maddow, que adapata una novela de Alan Le May, que no es casualidad de una novela suya se inspiro también la película “Centauros del desierto”.
- Nunca he matado a nadie.
- Es el rifle el que mata.
- Pero, es mi familia. - Por sangre sí, pero por nada más.
Por sangre sí, pero por nada más
Este western tiene muchos ingredientes que me gustan, y que lo hacen muy especial. En primer lugar es la maravillosa pareja protagonista, Burt Lancaster, y esa naturalidad con la que se movía en el western, con esa alegría y vitalidad que le da al personaje, y hasta como se da un baño lo hace de manera especial. Y Audrey Hepburn que no se puede salir más guapa en la película, y lo bonita de su historia de amor, una historia de miradas furtivas y de caricias.
Audrey Hepburn nás guapa que nunca
Una bonita historia de amor
Con dos momentos cumbre los celos que le provoca ella tonteando con un joven indio. La escena de la doma de caballos es de una fuerza atronadora y ese momento en el que el indio John Saxon, no pudiéndose resistir a los encantos de Audrey, le quita un abrojo enredado en su pelo. Mientras se produce la violenta reacción del hermanastro celoso Burt Lancaster:
- ¿Alguien más ha visto un abrojo en el pelo de mi hermana?
Y me encanta la declaración final de Burt a Audrey que termina con ese precioso beso, que creo debe ser uno de los hermosos besos filmados en toda la historia del western.
- ¿Por qué haces que los maten por mí?
- Porque eres mi pequeña piel roja.
Porque eres mi pequeña piel roja
La historia tiene dos partes muy bien diferenciadas, la primera más vitalista, divertida y alegre, con esa casa donde las vacas pastan encima del tejado, donde vemos a dos familias unidas, bien avenidas y divirtiéndose juntos, con diálogos divertidos entre ellos, guerra de sexos entre los chicos y las chicas, pero a partir de la mitad de la película, el film se vuelve mucho más oscuro, trágico y sangriento. Y el enfrentamiento inevitable entre las dos familias por Audrey Hepburn, donde la familia Rawlins quiere entregar a la joven india a tribu a la que pertenece, mientras que la otra quiere protegerla por ser parte de su familia.
Un western alegre y divertido en su primera parte de la película
Y es un western que nos deja muchas imágenes para el recuerdo, con unas escenas muy poderosas difíciles de olvidar fácilmente. La espectacular persecución al personaje de Abe Kelsey bajo la niebla y el polvo por parte de los hermanos para cazar al viejo loco que amenaza la seguridad de la familia.
- Tú no eres una Zachary. Yo soy la espada del Señor, el fuego y su venganza.
Yo soy la espada del Señor, y el fuego su venganza
La persecución a caballo del indio John Saxon a el hombre del sable, y como curiosidad John Saxon lleva consigo 3 caballos, a medida que se van cansando, pasa de uno a otro abandonándolos en mitad de la pradera, y dándole caza cuando al caballo al cual persigue cae rendido de cansancio.
John Saxon un excelente secundario
La durísima y estremecedora secuencia donde la familia Zachary es expulsada del funeral del hijo muerto por los indios de los Rawlins, porque culpan a la india Audrey Hepburn de la muerte de su hijo, y la espeluznante secuencia donde el viejo Ben es ahorcado por la matriarca de los Zachary antes de que confiese que su querida hija adoptada no es más que una piel roja, en muy pocos westerns se ha visto con tanta intensidad los enfrentamientos por diferencias raciales, nadie es racista, ni tiene ningún prejuicio con los que no son de su raza, hasta que uno de tus hijos sale con los de otra raza, y aquí es donde se muestran claramente lo que cada uno piensa y siente.
Un western muy intenso
Enorme y preciosa es la secuencia donde Lillian Gish para demostrar que no les tiene miedo a los indios que rodean la casa, saca el piano de cola de la casa y se dispone a tocar una melodía hipnótica que consigue descolocar a los indios antes de su asalto final a la casa.
Imagen para el recuerdo de la matriarca tocando el piano
Y por último el asedio final a la casa, con una dureza y violencia extrema, con la emoción y el suspense de que las balas se están acabando y nadie va a venir a salvarlos.
Un western muy violento y salvaje en su parte final
Además mencionar los enormes secundarios que tiene esta película: Audie Murphy, John Saxon, Charles Bickford, Lillian Gish, Albert Salmi, Joseph Wiseman y Doug McClure.
Excelentes secundarios
Mención en especial merece Audie Murphy un habitual del cine del oeste de serie B, que en este film Huston le pone un enorme bigote, quizás para quitarle ese aspecto juvenil y de crio que tenía en todos sus western como protagonista, actor que gozo de cierta popularidad en su época pero que realizó pocos westerns dignos de mención.
Audie Murphy junto con el director John Huston
En resumen un western muy interesante con la fuerza y la química de su pareja protagonista, en sus únicos papeles juntos en el cine que ya por eso merece reivindicar su lugar en el cine del oeste.
Bravo amigo para mi es un western que me encanta. estupendo trabajo como siempre muchas gracias he disfrutado mucho leyéndolo
ResponderEliminarGracias Tomás, me alegro que te gustara. Un abrazo nuy fuerte.
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