La película de la cual me gustaría hablaros hoy tiene aroma de gran western y de película de sábado por la tarde, porque aunque no lo creáis hubo tiempo que las televisiones publicas ponían los sábados por la tarde westerns en lugar de horribles telefilmes.
Los comancheros es un western muy especial porque fue el epitafio de uno de los grandes directores de la época de los grandes estudios de Hollywood, Michael Curtiz, que a sus 73 años de edad dirigió su última película, y a pesar de que ya se encontraba enfermo de cáncer, quiso despedirse del cine por la puerta grande. Michael Curtiz moriría al poco de terminar esta película, con más de 180 películas a sus espaldas, fue el director entre otras de las joyas de: “El capitán Blood” (1935), “Robin de los bosques” (1938), “Ángeles con caras sucias” (1938), “Dodge, ciudad sin ley” (1939), “El halcón del mar” (1940), “El Lobo de Mar” (1941) y pasaría a la historia del cine con mayúsculas por dirigir la historia romántica por excelencia “Casablanca” (1942).
El maestro Michael Curtiz
El capitán Jake Cutter (John Wayne) es un ránger de Texas con una difícil misión: debe acabar con una peligrosa banda de forajidos que se dedica a proporcionar armas y licores a los indios comanches en vísperas de una guerra, para ello contara con la ayuda de su prisionero Paul Regret (Stuart Whitman), un jugador condenado a muerte por matar en un duelo al hijo de un oficial del ejército. Un argumento muy similar al western “Río Conchos” aunque este film es más oscuro y dramático, además tenían en común el copatrogonismo de Stuart Whitman.
John Wayne y Stuart Whitman son los dos protagonistas de este western
Los comancheros, es una figura real del oeste americano, ya que es una palabra que elude a aquellos bandidos del oeste que se aprovechaban de los indios comanches vendiéndoles armas y alcohol. Por eso hay alguna película del oeste que trata a este tipo de hombres, estos rufianes y malhechores también los dibujó Ford en su “Trilogía de la Caballería”.
John Wayne necesitará de toda la ayuda posible para derrotar a los comancheros,
Un film con el coctel habitual del cine de Curtiz, mezclando hábilmente la aventura, el western clásico, con una dosis de buen humor y mucha acción. Un western rodado con mucho oficio que nos ofrece todo aquello que nos gusta del género. Todo ello ayudado por un gran John Wayne, ya un poco mayor, pero que se mueve como pez en el agua interpretando su característico y mítico papel de intrépido ránger de Texas.
Un western 100% John Wayne
La relación entre el ránger de Texas y su prisionero Stuart Whitman, tiene todos los matices y la química suficiente para no olvidarnos tan fácilmente de esta película. Una amistad cargada de sentido humor, de ironía y de camadería Hawksiana, muy bien interpretado por Whitman que no duda en su lealtad hacia su captor. John Wayne se dirige a Stuart Whitman con “Monsieur” o el sombrero que lleva el francés es la mar de divertido.
Gran química entre John Wayne Y Stuart Whitman
Una de las cosas que más me gusta de la película son las fabulosas escenas de acción, lo bien filmadas que están, ante el delicado estado de salud que padecía el director, en algún momento del rodaje, Michael Curtiz tuvo que ser hospitalizado siendo sustituido en la dirección por el propio John Wayne (recordar que John Wayne probó con fortuna tras las cámaras en las estimables “Boinas verdes” y “El Álamo”).
Además de Wayne y Whitman, el resto de reparto de la película es impresionante: Bruce Cabot (tantas veces secundario en los westerns de John Wayne), el propio hijo de John Wayne, Pat Wayne, el mítico Jack Elam, todo un clásico del western y Henry Daniell, en uno de sus habituales villanos.
Y una de las grandes sorpresas de film, la interpretación de la hermosa Ina Balin, seductora y sexy mujer de armas tomar, totalmente irresistible e inolvidable para nuestros dos protagonistas. Y como no el gran Lee Marvin como uno de los villanos de la película, que anticiparía uno de los villanos más legendarios de la historia del western en “El hombre que mató a Liberty Valance”, que lo único malo que su participación en la película nos sabe a muy poco, por ser muy breve.
Lee Marvin jugará una emocionante y tensa partida de póker
Ina Balin es una mujer dificilmente olvidable
Otro de los puntos a favor de este magnífico western es su estupenda banda sonora del gran compositor del cine del oeste Elmer Bernstein, atención que este compositor nunca jamás puso su música a una mala película, además de su excelente fotografía en un precioso Cinemascope, rodada en hermosos escenarios naturales.
Preciosa fotográfia en Cinemascope
Elmer Bernstein firma una excelente banda sonora
A pesar de su tono más humorístico y menos dramático que el western “Río Conchos”, resaltar la espeluznante y dramática escena donde John Wayne descubre el cadáver de una niña torturada y quemada por los indios sentada en una mecedora, una escena que deja helado al espectador de la crueldad de los indios comanches, poco visto hasta la fecha en el western. Me llama la atención la tortura a la que son sometidos nuestros dos protagonistas colgados por sus muñecas a pleno sol por los comancheros (una tortura más propia de los indios), y su particular forma de impartir justicia.
John Wayne es una escena muy dramática
No recuerdo otro western ni película bélica donde John Wayne mate a más personas, y menuda puntería no falla ni un solo disparo, creo que los mata de dos en dos.
Así que recomendar Los comancheros un gran epitafio para el maestro Michael Curtiz con todo el aroma y sabor del western clásico.