lunes, 20 de diciembre de 2010

RICHARD WIDMARK


Richard Widmark (1914-2008) entró en el cine por la puerta grande de manera brusca e inesperada, interpretando a un gánster malísimo llamado Tommy Udo en la inmortal película de cine negro El beso de la muerte , entrando en la historia del cine empujando a una anciana en una silla de ruedas escaleras abajo.

La escena más famosa del cine negro

"El sadismo de ese personaje, la risa inquietante (...) convirtieron a Widmark en la persona más terrorífica de la gran pantalla", escribió el crítico David Thompson en The Biographical Dictionary of Film. "¡Esa maldita risa mía!", dijo el actor en 1961. "Durante los dos años siguientes a la película, no me permitieron ni sonreír. El personaje era una bestia ridícula".
Widmark era un gran actor cuando era el bueno de la película, pero excepcional cuando era el malo de la misma.

Un crítico lo definió una vez como: “Widmark es uno de los rostros inconfundibles del cine americano. Parece que hemos crecido y envejecido con él: si bien no hemos visto tantas películas suyas como pensamos, hay unas cuantas que tenemos marcadas en nuestro ADN cinéfilo. Tanto, que su imagen se superpone incluso al arco dolorosamente descendente de su carrera. Widmark fue un villano de impresión que no supo sobresalir demasiado como hombre de bien, quedándose sin papeles a su altura a partir de los años 70, cuando empieza su largo fundido a negro como estrella”.

Richard Widmark nació en 1914 en Minnesota, aunque debido a que su padre, era agente comercial vivió en diferentes ciudades durante su infancia y adolescencia, inició estudios de derecho, pero a la postre se graduaría de “Speech and Politcal Science”, algo así como licenciado en Ciencias Políticas y Discurso. Durante su etapa de estudiante había mostrado su afición por el teatro, participando en más de 30 piezas escolares y recibiendo clases de actuación. En 1938 se marchó a Nueva York donde comenzó a trabajar en la radio, con bastante aceptación en el medio. Fue declarado incapacitado para prestar el servicio militar e ir a la guerra, debido a una perforación en el tímpano. Se casó, el 5 de abril de 1942, con Jean Hazelwood, una antigua compañera de su escuela, con la cual se mantuvo unido, durante 55 años, hasta la muerte de ella en 1997.

Empezó a trabajar en Broadway, en el año 1943, con la obra Kiss and Tell. Su magnífica interpretación en esta obra de teatro fue muy apreciada por el director Henry Hathaway, quien contó con él para hacerlo debutar en el cine con “El beso de la muerte” (1947). De esta manera, el actor conseguiría un contrato de siete años con la 20th Century Fox.

Richard Widmark fue un actor de culto que interpretó sólidamente personajes duros, estructurados y monolíticos y además sobre-exigidos pero que en algún momento deja entrever un tenue trasfondo de humanidad.

Widmark durante toda su carrera realizó en cámara dos cosas que hacía como nadie: hacer de villano y morir en pantalla.

Durante la década de los 40 y de los 50, Widmark intervino en muchas producciones. Hilaría otro personaje mítico villano psicópata que lo establecería de manera definitiva como prototipo de este tipo de personaje, de realizar este tipo de asesinos despiadados, en la película El parador del camino (Road House, 1948) dirigida por Jean Negulesco, en la cual destacaba, igualmente, Ida Lupino, mientras los “buenos” eran Cornell Wilde y Celeste Holm.

Da un giro de género al pasarse al western, aunque sigue destacando en su caracterización del malo en la excelente Cielo Amarillo William Wellman, al lado de Gregory Peck y Anne Baxter, repitió el papel de malo en la estupenda Desafío en la ciudad muerta (1958), de John Sturges, donde tenía un fantástico duelo interpretativo con Robert Taylor.

Pero quizás el personaje que mejor recuerdo de mi infancia de Richard Widmark fue el del renegado Comanche Todd en el western La Ley del Talión (1960) de Delmer Daves, me encanta el juicio del final del film. Fue un secundario de lujo, acompañando al cínico pícaro del sheriff interpretado por James Stewart, en la revisable Dos cabalgan juntos (1962) del maestro John Ford. Regresa a las manos de John Ford a interpretar al Capitán Thomas Archer, el cual trata inútilmente, de ayudar a los Cheyenne en el western crepuscular El gran combate (1964), en El Alamo, de John Wayne fue uno de los que moría defendiéndolo. Curioso que su último western fuera Ciudad sin ley (1969) de Don Siegel, el director que también dirigiera la despedida de Wayne del cine, un western muy semejante donde un pistolero cuyo tiempo ha terminado muere brutalmente en una calle acribillado por toda la ciudad. Una despedida del western excepcional, para un actor sin igual.

Son muchos westerns en los que participa Richard Widmark, a lo largo de su carrera en el cine, sin contar los realizados para la televisión, la mayoría de ellos de buenos a excelentes, por lo que resulto justo el homenaje que se le rindió en el 2002, al ingresar al Salón de la Fama de los Grandes Actores del género, conocido en los Estados Unidos como de “Hall of Great Western Performers of the National Cowboy and Western Heritage Museum”.

Durante la década de 1950 se caracterizó por sus papeles en westerns, cintas bélicas y de cine negro, cuando su popularidad creció gracias a papeles como Noche en la ciudad (1950), de Jules Dassin; Un rayo de luz (1950), de Joseph L. Mankiewicz; Pánico en las calles (1951), de Elia Kazan; La tela de araña (1955), de Vincente Minnelli y la que más me gusta de esta época Manos peligrosas (1953) de Samuel Fuller, donde interpreta a un ratero de poca monta que roba un valioso microfilm, puro cine negro con una factura visual esplendida y una narrativa con mucho ritmo y excelentes interpretaciones.

En la década de los 60 protagonizaría algunos de sus títulos más conocidos, como Vencedores o vencidos (1961), de Stanley Kramer donde interpretaba al fiscal en los juicios de Nurenberg ; o Brigada homicida (1968), film dirigido por Don Siegel. Precisamente el personaje de esta última película, el detective Madigan, también triunfaría en la televisión durante los años 70. Uno de los filmes más destacables es el El Incidente Bedford (1965) donde protagoniza junto a Sidney Poitier un film bélico de intensa tensión emocional.

Más tarde apareció en Asesinato en el Orient Express, de Sidney Lumet que por cierto era el único del extenso reparto de estrellas que moría, y volvería a trabajar con Kramer en Del presidio a primera página. Su último trabajo en la gran pantalla fue True colors, en 1991, junto a John Cusack.

Widmark Se murió a los noventa y tres años. Es justicia: murió tantas veces en el cine que merecía durar un poco más en la vida real.
Los western en los que intervino fueron:
  1. Cielo amarillo (1948) de William A.Wellman
  2. Lanza rota (1954) de Edward Dmtryk
  3. El jardín del diablo (1954) de Henry Hathaway
  4. La ley del talión (1956) de Delmer Daves
  5. El sexto fugitivo (1956) de John Sturges
  6. Desafío en la ciudad muerta (1958) de John Sturges
  7. El hombre de las pistolas de oro (1959) de Edward Dmtryk
  8. El Alamo (1960) de John Wayne
  9. Dos cabalgan juntos (1961) de John Ford
  10. La conquista del oeste (1962) de Henry Hathaway, John Ford y George Marshall
  11. El gran combate (1964) de John Ford
  12. Alvarez Kelly (1966) de Edward Dmtryk
  13. Camino de Oregon (1967) de Andrew V. McLaglen
  14. La ciudad sin ley (1969) de Don Siegel

Para saber que grandes películas ha intervenido el gran Richard Widmark no teneís más que ver su carrera en el western:



1- Richard Widmark, the cowboy 

2- Richard Widmark, the cowboy II



Espero que os haya gustado.


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