domingo, 21 de mayo de 2017

HORIZONTES LEJANOS (1952)




En mi opinión es una película que el tiempo ha puesto en su lugar, en el día del estreno la crítica no fue nada justa con ella considerándola otra película del oeste más, además creo que nunca la crítica ha valorado como se merece a Anthony Mann, que para mí junto con John Ford y Howard Hawks alcanzaron las más altas cimas del género. 
 Anthony Mann junto a su actor fetiche James Stewart
En especial las cinco obras maestras que rodó Anthony Mann con James Stewart ("Winchester 73"(1950), "Horizontes lejanos" (1952), "Colorado Jim" (1953), "Tierras lejanas" (1954) y "El hombre de Laramie"(1955)) , a cual mejor dificil quedarse con alguna, y además me pasa igual que con la obras de John Ford, la película que más me gusta de Mann y Stewart juntos es la última que he visto, pero cualquiera de ellas son maravillosas e imprescindibles para amantes del género, además que con cada uno de los visionados se descubren cosas nuevas. 

 Arthur Kennedy, James Stewart y Rock Hudson son los tres protagonistas de este western

Este western y en especial los que rodó con James Stewart, Mann creó un personaje mítico del género, que posteriormente veríamos en 100 westerns más, Stewart interpreta magistralmente el personaje de pasado turbio, taciturno, seco, un poco tartamudo, de pocas palabras, que en el pasado fue un pistolero y asesino, que se convierte en el ángel de la guarda de los colonos que van en busca de la tierra prometida, y se presenta como una última oportunidad de redimirse y de limpiar su pasado. 
 

 James Stewart un pistolero con un turbio pasado
 
En este western y en los que posteriormente rodó con Anthony Mann, junto al héroe siempre aparece un personaje también de turbio pasado, que comparte su secreto y que sigue siendo lo que el otro fue en el pasado y de lo que está huyendo. Para que tengamos un buen western tenemos que tener un buen villano, por eso destacar la actuación del villano de esta película Arthur Kennedy, donde borda el reverso de la moneda de nuestro héroe, que rivalizan por la misma chica (guapísima Julia Adams) y mientras el bueno quiere cambiar de vida y huir de su pasado de pistolero y fundar una familia, el malo no quiere cambiar de vida y hará lo posible para tentar al bueno a que no consiga su transformación.
 Arthur Kennedy conoce el secreto de James Stewart

Y como muestra los extraordinarios diálogos entre ellos firmados por el guionista Borden Chase: 
- No he caído en tu nombre, o no me lo has dicho. 
- McLyntock. Glyn McLyntock.
- ¿De la zona de Missouri? 
Sí. 
- ¿Y te vas hacer granjero o ranchero?
- Sí, si encuentro buenas reses.
- Lo de ser ranchero, ¿estás seguro de que vas a hacerlo? 
- Sí.
- McLyntock de la frontera, un ranchero. No lo entiendo ¿De quién estas huyendo?
- De un tipo llamado Glyn McLyntock.
- ¿Qué pasara cuando te encuentre?
- No creo que me encuentre, porque ese tipo murió en la frontera de Missouri.

 ¿De quién estas huyendo?
- De un tipo llamado Glyn McLyntock. 
Los diálogos acentúan que Arthur Kennedy que conoce muy bien el pasado de James Stewart no cree ni piensa que pueda cambiar o que vaya a hacerlo, e incluso le crea dudas al protagonista de sus buenas intenciones. Con nuchos diálogos maravillosos para el recuerdo: 

- ¿Sigues todavía esa estrella?
- Eso es mejor que un hombre con una estrella te siga a ti.


- Si una manzana está podrida y la metemos un cesto, echa a perder a todas las demás.
- Por suerte una manzana no es una persona.


- Cuantas camisas tiene usted señor McLyntock.
- La puesta, la de repuesto y la sucia.


- Déjales marchar, no dispares ya tienen bastante.
- Pero, ¿por qué?
- Si te lo tengo que explicar es que no lo puedes entender.


- Ya era la hora de que te unieras a nosotros.
- Perdona sois vosotros los que os habéis unido a mí.


- Red tenía razón debiste acabar conmigo.
- Hasta la vista Lyn.
- Volverás a verme, y volverá a saber de mí. Antes de dormirte no podrás mirar a la oscuridad y preguntarte si estoy allí, y cuando menos te lo esperas, me veras aparecer y lo lamentarás. 

Y por ultimo una de las frases más famosas y míticas de la historia del cine del oeste, la que pronuncia del simpático capitán del barco de vapor y la repite durante varias veces durante la película. 

- Nunca debimos abandonar el Misisipi. 
 Nunca debimos abandonar el Misisipi. 

Anthony Mann creó el western itinerante, lo que llama ahora se llama una road movie, lo que pasa que el personaje de James Stewart no está buscando nada, no va al encuentro de nada, sino que es un viaje de huida de su pasado, pero el pasado siempre vuelve para cobrar sus deudas. Un personaje que durante el viaje se transforma, un solitario que que al final del viaje se vuelve solidario con los demás. 
 Un western itinerante

La razón por la cual me gusta tanto esta película es que es un western que tiene todo lo que me gusta en un western: indios, pistoleros, colonos, mineros, ganaderos, carromatos, tiroteos, barcos de vapor, salones, caravanas. 




 Un western con todos los tópicos el género

Nadie más que un maravilloso James Stewart pudo interpretar los westerns de Anthony Mann, muy alejado de sus papeles habituales en el cine, de ser el bueno sin fisuras, a los westerns de Mann  que nos dibuja un héroe que te resistes a abrazar, con muchos claroscuros y un turbio pasado. 
 Un héroe que te resistes a abrazar 
Que gran actor era James Stewart, y la expresividad que tenía su rostro, como sabemos lo que piensa y lo que siente viendo su rostro, ira, amor, sorpresa, celos, duda, venganza que actuación tan poderosa e impresionante, que pena que nos nos queden actores de su clase. 


Un rostro muy expresivo

James Stewart nos deja tres imágenes para el recuerdo, porque la forma de como mira a Julia Adams ya sabemos que está enamorada de ella desde el minuto uno de la película, pues nunca olvidaré cuando la encuentra en el saloon después de no verla en un mes como el villano le pasa el brazo por el hombro, la mirada de celos de Stewart es fenomenal, no se puede decir más sin decir una sola palabra. 

 Un momento muy incomodo

En otra escena de la película que pierde el control y la ira le ciega, va a matar a uno de los esbirros del villano, y si no es por el grito de Julia Adams finalmente no lo mata a sangre fría, quizás porque en ese momento se da cuenta que no quiere volver a ser ese pistolero de la frontera.

 Glyn McLyntock un pistolero retirado

Y por último cuando los mineros le ofrecen mucho dinero para que les de las provisiones en lugar de llevárselas a los colonos, la cámara se para durante cinco segundos en el rostro de Stewart porque le entra la duda, y no sabe si olvidarse de todo, ser de nuevo egoista y llevarse el dinero y por consiguiente dejar tirados a los pobres colonos sin sus provisiones para el invierno, o por primera vez en su vida pensar primero en los demás más que en el mismo. Un camino de transformación lleno de tentaciones.


El cambio de vida no será nada fácil

Resaltar la importancia del paisaje en los western de Mann, donde es un personaje más de la película, donde las situaciones dramáticas del film se acentúan o se subrayan con el entorno. Y eso que la película está rodada antes del apogeo del cinemascope. Pero nadie dibujo encuadro en toda la historia del cine como Mann la naturaleza, los ríos, las montañas, la nieve, las rocas, los caballos, los carros vadeando los ríos, etc. Hay una imagen muy realista de un carromato descendiendo por un nevero, que se ve como resbala que es magnífica y puro cine. 






 Dadle a Mann un paisaje, una montaña y un itinerario. Y ya tendremos una obra maestra”. (André Bazin)

Un western con muchas imágenes para el recuerdo, la persecución de cinco indios en la oscuridad, el cambio que vemos en la ciudad después de la vuelta de nuestros protagonistas, donde vemos que el oro ha cambiado a la ciudad, pero no solo la ciudad, el oro también a cambiado a nuestros protagonistas el amable comerciante, a Arthur Kennedy, al jugador interpretado por Rock Hudson e incluso en la dulce Julia Adams, donde sorprende verla trabajando en el casino, del brazo de Arthur Kennedy y detrás de un reja cambiando fichas para el juego. El capitalismo ha llegado a la ciudad y con él, la codicia, la corrupción y la violencia. 

 La fiebre del oro cambiará la ciudad

Vuelta a ver recientemente para escribir esta entrada, me he dado cuenta de dos cosas de lo bien que filmaba los tiroteos Anthony Mann, porque me he fijado que la dos personas que intervienen en el tiroteo se encuentran en el mismo plano, y la dificultad que tiene esto, en lugar de poner el plano del que primero dispara y después un contra plano del resultado del disparo, y por último que en la pelea final entre Stewart y Kennedy parece ser que Arthur Kennedy ya había abandonado la película, porque en ninguno momento se ve un primer plano de Kennedy, y únicamente se ve la cara de Stewart. 

 Lo bien filmados que estaban los tiroteos (los que disparan en el mismo plano)

Y terminar con ese precioso final muy del Hollywood clásico y no tan habitual en el western, donde todos los protagonistas quedan emparejados, y las chicas se sube en el carro de nuestros protagonistas: Rock Hudson, James Stewart e incluso el patriarca de los granjeros que se empareja finalmente con una de las colonas, sin que en ningún momento de la película nos hubiesen dado pistas de que pudieran ser pareja. 

 Cada oveja con su pareja

Un western imprescindible para todos los amantes del western, que nadie se debería perder aunque hayan abandonado el Misisipi hace tiempo, porque ya no se hace western como los de antes. 

Trailer de Horizontes lejanos 

lunes, 1 de mayo de 2017

LOS QUE NO PERDONAN (1960)



El western que me dispongo a comentar a continuación a pesar de no encontrarse en ninguna lista con las mejores películas del género, de tampoco ser muy apreciada por la crítica y de que a su director no le gustaba como había quedado finalmente, creo que es un film muy reivindicable y que merecía ser valorado en mejor consideración. 
 
Un western muy poco valorado por la crítica y por el gran público
 
La razón de que a su excelente director John Huston no le gustase demasiado el resultado final de la película, fue que tuvo numerosos problemas en la fase de post-producción, en la cual la productora corto numerosas secuencias, y el final es mucho más amable de los nos tenia acostumbrado Huston en muchas de sus películas de cine negro. 
 
 John Huston en el set de rodaje 
 
Por eso tuvo un gran enfrentamiento con los estudios, ya que Huston fue un director con espíritu rebelde que nunca se quiso plegar a sus exigencias. Huston siempre quiso realizar una película más de crítica social al racismo en los EE.UU, mientras que la productora siempre quiso realizar una película más comercial y que primase la historia de amor, el resultado final lo curioso fue que no dejó contento a ninguna de las partes. 
 
 John Huston fue un gigante del cine
 
En su libro de memorias “A libro abierto” (Espasa Calpe, Madrid, 1986) decía sobre esta película: “Ellos querían hacer lo que desgraciadamente yo había firmado al principio cuando acepté el encargo: una fanfarronada sobre un inverosímil héroe de la frontera”. 
 
 Un western con muchas imágenes para el recuerdo
 
Audrey Hepburn junto al director John Huston
 
Otros de los problemas con los que conto la película fue que su máxima estrella Audrey Hepburn (en su único western de su carrera) se rompiese la espalda por una caída de caballo mientras ensayaba una escena. A pesar de que finalmente se recuperó, el accidente también le provocó un aborto, en lo que supuso el segundo embarazo frustrado de la actriz. Esto la sumió en una grave depresión que hizo temer por su salud mental: llegó a pesar cuarenta kilos, y a fumar más de tres paquetes de cigarrillos al día, razón por la cual siempre repudió esta película. 
 
 
Audrey Hepburn en una caída que pudo ser mortal 
 
Pues a pesar de todos estos problemas a mi es un film que me gusta mucho por diversos motivos.  Huston a pesar de dominar todos los géneros apenas dirigió westerns, únicamente cuenta con tres en su filmografía: “Los que no perdonan” (1960), “El juez de la horca” (1972) con un gran Paul Newman, aunque para ser sinceros no me gusta mucho, y por último una película no considerada dentro del género pero que en mi opinión tiene todos los códigos del western llamada “El tesoro de Sierra Madre” (1948) con Humphrey Bogart. 
 
 John Huston un director todo terrero
 
El argumento es muy interesante, la familia Zachary es una familia de ganaderos texanos con tres hijos varones donde el mayor es Burt Lancaster y una hija menor adoptada desde que era casi una recién nacida interpretada por Audrey Hepburn. La familia Zachary asociados con la familia Rawlins ha conseguido, tras años difíciles, tener un buen ganado. Un día, un anciano misterioso llamado Abe Kelsey (Joseph Wiseman) comienza a extender el rumor de que la hija de los Zachary es en realidad una india kiowa. 
 
 Los indios querran recuperar a su india perdida
 
“Los que no perdonan” quizás sea el reverso de la historia de “Centauros del desierto” mientras aquella película teníamos la búsqueda de una niña blanca raptada por los indios, aquí es el hombre blanco quien ha raptado una niña india y son los indios los que quieren recuperar a la niña india a toda costa. Diálogos cargados de ironía, sacados del excelente guión de Ben Maddow, que adapata una novela de Alan Le May, que no es casualidad de una novela suya se inspiro también la película “Centauros del desierto”. 
 
- Nunca he matado a nadie.
- Es el rifle el que mata.
- Pero, es mi familia.
- Por sangre sí, pero por nada más.
 
  Por sangre sí, pero por nada más
 
Este western tiene muchos ingredientes que me gustan, y que lo hacen muy especial. En primer lugar es la maravillosa pareja protagonista, Burt Lancaster, y esa naturalidad con la que se movía en el western, con esa alegría y vitalidad que le da al personaje, y hasta como se da un baño lo hace de manera especial. Y Audrey Hepburn que no se puede salir más guapa en la película, y lo bonita de su historia de amor, una historia de miradas furtivas y de caricias. 
 

 
Audrey Hepburn nás guapa que nunca


 

 Una bonita historia de amor 
 
Con dos momentos cumbre los celos que le provoca ella tonteando con un joven indio. La escena de la doma de caballos es de una fuerza atronadora y ese momento en el que el indio John Saxon, no pudiéndose resistir a los encantos de Audrey, le quita un abrojo enredado en su pelo. Mientras se produce la violenta reacción del hermanastro celoso Burt Lancaster: 
 
- ¿Alguien más ha visto un abrojo en el pelo de mi hermana? 
 
 
Y me encanta la declaración final de Burt a Audrey que termina con ese precioso beso, que creo debe ser uno de los hermosos besos filmados en toda la historia del western. 
 
- ¿Por qué haces que los maten por mí?
- Porque eres mi pequeña piel roja. 
 
 Porque eres mi pequeña piel roja
 
La historia tiene dos partes muy bien diferenciadas, la primera más vitalista, divertida y alegre, con esa casa donde las vacas pastan encima del tejado, donde vemos a dos familias unidas, bien avenidas y divirtiéndose juntos, con diálogos divertidos entre ellos, guerra de sexos entre los chicos y las chicas, pero a partir de la mitad de la película, el film se vuelve mucho más oscuro, trágico y sangriento. Y el enfrentamiento inevitable entre las dos familias por Audrey Hepburn, donde la familia Rawlins quiere entregar a la joven india a tribu a la que pertenece, mientras que la otra quiere protegerla por ser parte de su familia. 
 
 Un western alegre y divertido en su primera parte de la película 
 
Y es un western que nos deja muchas imágenes para el recuerdo, con unas escenas muy poderosas difíciles de olvidar fácilmente. La espectacular persecución al personaje de Abe Kelsey bajo la niebla y el polvo por parte de los hermanos para cazar al viejo loco que amenaza la seguridad de la familia. 
 
- Tú no eres una Zachary. Yo soy la espada del Señor, el fuego y su venganza.
 
 Yo soy la espada del Señor, y el fuego su venganza
 
La persecución a caballo del indio John Saxon a el hombre del sable, y como curiosidad John Saxon lleva consigo 3 caballos, a medida que se van cansando, pasa de uno a otro abandonándolos en mitad de la pradera, y dándole caza cuando al caballo al cual persigue cae rendido de cansancio. 
 
 John Saxon un excelente secundario
 
La durísima y estremecedora secuencia donde la familia Zachary es expulsada del funeral del hijo muerto por los indios de los Rawlins, porque culpan a la india Audrey Hepburn de la muerte de su hijo, y la espeluznante secuencia donde el viejo Ben es ahorcado por la matriarca de los Zachary antes de que confiese que su querida hija adoptada no es más que una piel roja, en muy pocos westerns se ha visto con tanta intensidad los enfrentamientos por diferencias raciales, nadie es racista, ni tiene ningún prejuicio con los que no son de su raza, hasta que uno de tus hijos sale con los de otra raza, y aquí es donde se muestran claramente lo que cada uno piensa y siente. 
 
 Un western muy intenso 
 
Enorme y preciosa es la secuencia donde Lillian Gish para demostrar que no les tiene miedo a los indios que rodean la casa, saca el piano de cola de la casa y se dispone a tocar una melodía hipnótica que consigue descolocar a los indios antes de su asalto final a la casa. 
 

Imagen para el recuerdo de la matriarca tocando el piano
 
Y por último el asedio final a la casa, con una dureza y violencia extrema, con la emoción y el suspense de que las balas se están acabando y nadie va a venir a salvarlos. 
 
 Un western muy violento y salvaje en su parte final 
 
Además mencionar los enormes secundarios que tiene esta película: Audie Murphy, John Saxon, Charles Bickford, Lillian Gish, Albert Salmi, Joseph Wiseman y Doug McClure. 
 

 Excelentes secundarios

Mención en especial merece Audie Murphy un habitual del cine del oeste de serie B, que en este film Huston le pone un enorme bigote, quizás para quitarle ese aspecto juvenil y de crio que tenía en todos sus western como protagonista, actor que gozo de cierta popularidad en su época pero que realizó pocos westerns dignos de mención. 
 
 Audie Murphy junto con el director John Huston
 
En resumen un western muy interesante con la fuerza y la química de su pareja protagonista, en sus únicos papeles juntos en el cine que ya por eso merece reivindicar su lugar en el cine del oeste.