Río Conchos es un western del director Gordon Douglas, un artesano que poco a poco va ganando el reconocimiento de la crítica con los años. Un creador con grandes películas de serie B, las que más me gustan son “Grandes horizontes” con Alan Ladd y Virginia Mayo, “15 balas” con Clint Walker, y sobre todo las grandes “El detective” con Frank Sinatra, “Chuka” con Rod Taylor, “La humanidad en peligro” con James Whitmore, y la película que más me fascina de este gran director “La novia de acero” con Alan Ladd y Virginia Mayo.
Una curiosidad es que el río que da nombre a la película, es un afluente de Río Bravo, otro título mítico de la historia del western.
Río Conchos es afluente de Río Bravo
“Río Conchos”, se basa en la novela de Huffaker, que fue el coautor del guion de “Centauros del desierto”.
Río Conchos constituye un punto de inflexión en la historia del western, en la transición del ocaso del western clásico, antes del western crepuscular de Sam Peckinpah y autentico presagio del spaguetti-western. Un western con grandes similitudes con este género. Aquí el ambiente es de western sucio y fronterizo, el polvo en las ropas acompaña a nuestros protagonistas durante todo el metraje, además de los personajes, la violencia de la cinta es algo que le acerca bastante al nuevo género, que después Leone impondría en todos sus westerns . Por cierto Gordon Douglas también firmó un spaghetti-western magnífico con Lee Van Cleef “El barquero”.
Gran película de aventuras
Richard Boone dibuja un personaje memorable, el antihéroe por excelencia, con grandes semejanzas con el Ethan de John Ford, Jim Lassiter, es un racista, borracho, ex-soldado confederado, consumido por el dolor, el alcohol, el odio, y con gran sed de venganza contra los indios años atrás torturaron y mataron a su familia.
Richard Boone como Jim Lassiter
La intro de este western es formidable, se abre la película con un enterramiento indio, en la lejanía se ve la silueta de un vaquero que se baja del caballo, a continuación se oyen cinco disparos, y se ven cinco indios muertos. Hasta ahora no habíamos visto en el cine, a los indios enterrando a sus muertos.
Preciosos los títulos de crédito
La historia de este western es muy buena, 4 hombres muy distintos se tienen que unir para intentar recuperar un cargamento de armas de repetición que ha sido robado. El cuarteto está formado por los yanquis el capitán Stuart Whitman y el sargento Jim Brown (una leyenda del fútbol americano en su primera película), con la obligación moral de recuperar el orgullo perdido por haber perdido el cargamento, y los confederados Richard Boone y el bandido Anthony Franciosa (nominado a los globos de oro, por su actuación) como un pícaro mexicano mujeriego y ladrón, rápido con el revólver y más certero con el cuchillo.
Stuart Whitman con Río Conchos a su espalda
Jim Brown y Anthony Franciosa como brillantes secundarios
Una película que se adelanta a los “Doce del patíbulo”; un heterogéneo grupo de inadaptados que se dirigen a una misión imposible y a una muerte segura, que acaban convirtiéndose en héroes. A mí el argumento también me recuerda a un western que le tengo especial cariño de Sam Peckinpah “Mayor Dundee”, un grupo de confederados y yanquis que se deben de unir a la caza de una salvaje tribu india que ha abandonado la reserva, matando todo lo que se encuentra a su paso.
Una película muy bien interpretada, en especial por el siempre taciturno Richard Boone, actor increíblemente carismático condenado a papeles secundarios como villano.
Muchas imágenes para el recuerdo, Richard Boone llega a una cabaña asaltada por los apaches, y el paisaje que se encuentra es desolador, teniendo que ayudar a morir de un disparo a una mujer que ha sido atacada, y luego contemplando el bebé herido que llora en la cuna. La imagen de la derrota y la desolación de Boone es realmente inolvidable.
Richard Boone desolado
La partida de armas han sido robadas por unos rebeldes sudistas comandados por un general totalmente demente (genialmente interpretado por Edmond O'Brien), que tiene la intención de reiniciar la guerra de secesión y que se encuentra escondido con un ejército de indios en medio del desierto, en un campamento presidido por una enorme mansión sureña a medio construir.
Edmond O'Brien interpreta a un villano legendario
Y una de las escenas más memorables del western, ver la apocalíptica escena en la que la mansión del General Pardee (Edmon O´Brian) cae pasto de las llamas. Un claro antecedente del Coronel Kurtz (Marlon Brando) de “Apocalypse Now”. Edmon O’Brien borda el papel de villano megalómano con planes para conquistar el mundo. Villano con grandes semejanzas con los malos de las películas de Bond.
Memorable final apocalíptico
La escena más escalofriante y dura de la película, cuando nuestros protagonistas son apresados por los Apaches, el film enseña con detalle la tortura a la cual son sometidos, siendo arrastrados a caballo mientras las gentes del poblado los golpean. Sin duda, Ford, Mann o Hawks no nos hubieran enseñado eso. Aquí los apaches son malísimos, no se adivina, sino se ve claramente.
Tortura a la cual los apache someten a nuestros protagonistas
Western crepuscular, relativamente desconocido para el gran público, con una gran fotografía ayudada por el precioso Cinemascope, y la preciosa banda sonora compuesta por un jovencísimo Jerry Goldsmith.
Para recordar las prodigiosas escenas de acción, como por ejemplo la emboscada de los mexicanos a los protagonistas.
Una película soberbia, desbordante de ritmo, nervio narrativo e ingenio visual, tan perfecta y violenta como definitivamente honesta.
Río Conchos trailer
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