Majestuosa, Sensual, Sublime, Impetuosa, Ardiente y Homérica
Me ha afectado la muerte de la que probablemente sea mi actriz favorita de toda la historia del cine, porque con ella se va un mundo que no volverá, una de las últimas reinas del cine clásico de toda la vida (solamente nos queda Olivia de Havilland), un cine que ha desaparecido completamente, porque Maureen O´Hara no era simplemente una actriz de cine, era lo que el Hollywood dorado tenía que ahora con su muerte ya no nos queda, era una estrella por encima de todo.
Maureen O´Hara falleció rodeada por su familia en Idaho: “Maureen era nuestra querida madre, abuela, bisabuela y amiga. Ha fallecido en paz, rodeada de su familia, que ha recordado su vida escuchando la música de su película favorita, “El hombre tranquilo”.
“Para aquellos que pregunten lo que pueden hacer para honrar a Maureen, tenemos una sencilla petición: visitad Irlanda y pensad en ella”, han concluido. (Johnny Nicoletti; manager y escritor de sus memorias).
Una belleza irlandesa que llamó la atención de toda una generación de espectadores por sus lindos ojos verdes, su preciosa sonrisa y su melena pelirroja, por lo que fue considerada “La reina del Tecnicolor”.
“La reina del Tecnicolor”.
Hace un par de semanas estuve viendo una entretenidísima película de aventuras llamada “Los hijos de los mosqueteros”, película de serie B donde la belleza de Maureen como la hija de D'Artagnan estaba fantástica, cine de capa y espada donde Maureen era el mejor de los mosqueteros. Solamente nuestra querida pelirroja podía hacer olvidar a Gene Kelly como D'Artagnan, una mujer temperamental y de nervio que incendiaba la pantalla cada vez que salía.
Maureen O´Hara fue uno de los mosqueteros
Y su carrera está plagada de momentos mágicos que ninguna otra mujer podría haber interpretado.
Maureen O´Hara fue la perfecta mujer del cine de Ford, y junto con su amigo e inseparable John Wayne, nos regalaron la más preciosa historia de amor del cine, y quizás si solamente pudiese llevar una película a una isla desierta creo que sería esta. Porque hay algunas películas, que son otra cosa, son películas que producen una jovialidad y una alegría enorme, es de esas películas que raramente produce el cine. "El hombre tranquilo" tienes grandes momentos mágicos de cine:
Maureen O´Hara y John Wayne en "El hombre tranquilo"
La primera escena donde Sean Thorton ve por primera vez a Mary Kate Danaher, Wayne apoyado en un árbol enciende un cigarrillo, y ve a lo lejos a una inolvidable Maureen bajando por una colina junto con unas ovejas en un bucólico y hermoso paisaje, y creo que nadie ha reflejado en el cine como Ford el amor a primera vista.
“¿Es eso real?
La segunda escena que se encuentran es maravillosa, John Wayne le ofrece el agua bendita a Maureen O´Hara, sellando un destino por el que ya estarían unidos toda su vida. Y el buenos días que le da ella a John Wayne es posiblemente el mejor que se ha dicho nunca en el cine.
John Wayne le ofrece el agua bendita a Maureen O´Hara
Cuando el gran secundario Michaeleen Flynn entra al día siguiente de la boda en la casa del matrimonio en la casa del matrimonio Thorton (Wayne y O'Hara) tras su noche de bodas descubre la cama literalmente destrozada (sin saber que se ha debido a una pelea), solo puede exclamar: “¡Impetuoso! ¡Homérico!”.
Y esa escena donde Wayne está sentado en el sofá y ella se sienta al lado, le coge la mano se la pasa por detrás, y ella reclina la cabeza y esconde la cara, una escena de una sensibilidad y romanticismo maravillosa.
Y como no el beso más romántico de la historia del cine, con esa lluvia y ese viento huracanado. El mismo que Steven Spielberg, en su mayor homenaje a Ford veíamos como ET hacía reproducir a su mejor amigo una de las secuencias más famosas de la inmortal obra de Ford.
Steven Spielberg homenajea a John Ford
Precioso y hermoso beso
Una de las escenas más románticas de la historia del cine
Creo que John Wayne formaron una de las parejas cinematográficas más grandes de la historia del cine, nadie tuvo tanta química, compenetración y magnetismo que ellos dos juntos, quizás por la amistad que se procesaron toda su vida y el respeto que tuvieron. Reflejaron como nadie la “guerra de sexos” en el cine, se enfadan, se pelean, pero sobre todo se quieren y se respetan.
John Wayne y Maureen O´Hara formaron la pareja perfecta en el cine
Uno de los secretos que esconde la película que nunca se ha desvelado: la frase que le dice al oído a John Wayne para que éste reaccione con sorpresa al final del filme. John Ford le dijo a O'Hara que necesitaba una genuina expresión de sorpresa de Wayne, "y era algo muy grosero", según declararía posteriormente la actriz. "¿Tengo que hacerlo?", reaccionó O'Hara. "Te lo estoy diciendo. Vas a hacerlo", contestó el director. "Así que el acuerdo fue que ni Duke, ni John, ni yo, o cualquiera diría nunca, nunca, nunca lo que dije".
¿Qué le susurraría Maureen a Wayne?
En 1939, Maureen O'Hara conoció a John Wayne en los círculos irlandeses de Hollywood, una anécdota cuenta que O'Hara tuvo que llevar del brazo a un embriagado Wayne a su casa, iniciándose una amistad entrañable entre ambos artistas que duraría hasta el resto de la vida de Wayne, siempre tuvo a Wayne en su más alta estima al actor, ella opinó.
“Wayne fue realmente un verdadero hombre...denme un hombre como Wayne”
“He tenido el privilegio de conocer a tres grandes hombres en mi vida: A mi padre, a John Wayne y a Charles Blair”.
Tal vez por todo eso Wayne dijo una vez: “He tenido muchos amigos y prefiero la compañía masculina, excepto con Maureen. Ella es un gran tipo”.
Una pareja perfecta
Aprovecharon su química en otras cuatro maravillosas películas: “Rio Grande” (1950) de John Ford, “Escrito bajo el sol” (1957) también de John Ford, y los simpáticos y muy entretenidos westerns: “McLintock” (1963) de Andrew V. McLaglen y “El gran Jack” (1971) de George Sherman. Dos westerns con una visión nostálgica y entrañable de nuestra querida pareja.
Ella es un gran tipo
“Río Grande” es uno de mis westerns favoritos, el estricto coronel York se reencuentra con su mujer tras muchos años de separación en un fuerte cercano a la frontera con México rodeado por apaches, que va a sacar a su hijo de allí que se alistado en la compañía del padre. Las miradas, los gestos, los abrazos, los besos es lo mejor que ha rodado nunca Ford, bajo los preciosos acordes de “The Sons of the Pioneers”.
Río Grande un western grandioso
Maureen O´Hara fue una actriz de fuerte personalidad, Ford entendió que era perfecta para interpretar a las mujeres de sus películas, quizás porque la consideraba “uno de los suyos”. John Ford la dirigió en 5 maravillosas películas: “Que verde era mi valle” (1941) (maravillosa es la escena de la boda), “Río Grande” (1950), “El hombre tranquilo” (1952), “Cuna de héroes” (1955) y sobre todo “Escrito bajo el sol” (1957).
John Ford y Maureen O'Hara
En “Escrito bajo el sol” (1957) hay de las mejores escenas de amor y desamor de la historia del cine, fue el último trabajo de su carrera con Maureen O´Hara y le brinda uno de los mejores personajes femeninos de su filmografía, con una de las mujeres más modernas de los años 50, una mujer que fuma, bebe y que tiene abandonado su hogar, tanto que incluso sus hijos quisieron que cortara algún tipo de escenas, que para ellos eran un poco excesivas, pero ese personaje de mujer es tan maravilloso, esta tan bien retratada en la despedida de Maureen O´Hara del cine de Ford.
Escrito bajo el sol
La actuación de Maureen en esta película es impresionante y pienso que nunca se le ha reconocido lo suficiente lo buena actriz que era, de hecho el único óscar que recibió fue honorifico y lo recibió este año pasado. Con dos escenas maravillosas donde a Wayne no se le ve y ella le da un precioso beso en la nuca, o cuando él regresa a su hogar abandonado después de una larga ausencia y no la encuentra a ella, y entonces aparece en escena toda borracha y fumando, una escena muy avanzada para la época y los tiempos. Quizás la pareja funciono también en el cine, porque solamente ella supo pudo domar al gran John Wayne.
Maureen O´Hara fue la única capaz de domar a John Wayne
En la última entrevista que dio cuando cumplió su 95 cumpleaños, dijo:
"Ha sido una buena vida. He tenido una maravillosa carrera y he disfrutado haciendo películas. Fui afortunada de haber hecho películas con muchos de los grandes, tanto directores como actores. No me quejo", afirmó la actriz, que se sentía muy orgullosa de haber sido la primera mujer irlandesa reconocida en todo el mundo.
La primera irlandesa reconocida en el mundo
Maureen FitzSimmons (que así se llamaba realmente), nació en suburbio de Dublín en 1920, hija del dueño de un negocio textil y de una cantante. A los 14 años estudió en el dublinés “Abbey Theater”, donde estudió arte dramático y canto. Con 18 años ya había aparecido en dos famosos musicales británicos. Su primera prueba de cámara para Hollywood resultó un autentico desastre, sepultada en una capa de maquillaje y mal vestida. Pero el actor Charles Laughton (quien quedó impresionado por los ojos de O'Hara) supo ver su talento, junto a su socio Eric Pommer, de Mayflower Pictures, le cambiaron el apellido por O’Hara, y la embarcaron en “La posada de Jamaica” (1939), la última película británica de Alfred Hitchcock, a partir de aquí ya había nacido una estrella. Charles Laughton contactó con el productor inglés George H. Brown y le convenció para que le ofreciese a O'Hara un contrato con la RKO en los Estados Unidos.
Charles Laughton fue el descubridor de Maureen
Su siguiente película fue junto al mismo Laughton en 1939, en el papel de la gitana en Esmeralda la Zíngara para la RKO Radio Pictures, película que se llamaría “Esmeralda, la zíngara”, y a pesar de las críticas a su actuación, significó el trampolín para saltar a la fama. La RKO colocó a O'Hara en dos films musicales de bajo presupuesto: “Baila, muchacha, baila” (1940) y “Se conocieron en Argentina” (1940), donde demostraba su talento para el cante y el baile.
Esmeralda, la zíngara
Maureen O´Hara como pirata
Maureen O´Hara también cantaba y bailaba muy bien
Su carrera ya estaba lanzada y mostró en sus actuaciones un temperamento fuerte y decidido, que sería parte de su personalidad que enamoro al maestro John Ford. Por eso, en 1941, ya filmó la primera de sus cinco películas con Ford: ¡Qué verde era mi valle! (1941). Maureen nunca llegó a entender bien al cineasta, al que considera tanto un amigo como el demonio. Su actuación no pasó inadvertida, ya que la Fox compró el contrato de la artista a la RKO.
En 1942, actuó en el film “El Cisne Negro” (1942) junto a Tyrone Power y se convirtió a partir de esta película en la “reina del Technicolor”, porque el público apreció su legendaria belleza en todo su esplendor, con su preciosa cabellera roja, sus impactantes ojos verdes y su hermosa sonrisa.
“Siempre pruebo el vino antes de comprarlo. Tomemos un sorbo a ver si vale la pena.”
La fama de O’Hara se disparó. En dos décadas rodó hasta cuarenta películas, y con directores como Ford, William Dieterle, William Wellman, Henry Hathaway, Carol Reed, Henry King, Frank Borzage y Jean Renoir.
Fue una gran estrella de las décadas de los años 40-50
Simplemente genial
Actuó en films de aventuras y westerns para la Twentieth Century-Fox, tales como “Las aventuras de Buffalo Bill” (1944), “Los piratas del Mar Caribe” (1945), “Simbad el marino” (1947), “Orgullo de comanche” (1950), “Los hermanos Barbarroja” (1951), “La isla de los corsarios” (1952), “Los hijos de los mosqueteros”(1952), “La pelirroja de Wyoming” (1953) y “Asalto al fuerte Clark” (1953).
Mi actriz favorita
El público tampoco olvida en la película que se debería ver todas las navidades; “Milagro en la calle 34” (1947) junto a John Payne.
Maureen O´Hara junto a Natalie Wood
En 1946 se le concede la ciudadanía estadounidense. Fue la primera mujer irlandesa en obtener la nacionalidad americana.
Maureen O´Hara fue la primer irlandesa en lograr ser americana
En 1961 nos regaló la que para mí es la mejor película de Disney con personajes de carne y hueso: “Tú a Boston y yo a California” (1961), y nos regaló el inolvidable papel de madre divorciada, la cual sus hijas gemelas quieren que vuelva con su padre, y esa preciosa escena que volvía enamorar a Brian Keith subiéndose descalza a una silla.
Maureen O´Hara participó en el la mejor película de Disney con personajes de carne y hueso
Casada en tres ocasiones, el último marido marcó su vida hasta el final de sus días. En 1968 contrajo matrimonio con Charles Blair, un ex-aviador de las fuerzas armadas, el cual poseía una pequeña línea aérea (Antilles Airboats). En 1978 Blair falleció en un accidente de aviación y O’Hara quedó devastada, a la vez que se convertía en la primera mujer que dirigió una compañía aérea.
Charles Blair fue el gran amor de su vida
Maureen se retiró del cine en el año 1973 tras el telefilme “El poni rojo” con Henry Fonda. De su retiro solo salió en cuatro ocasiones para actuar: tres para la televisión: “La caja de navidad” (1995), “Un viaje en el corazón” (1998) y “El último baile” (2000), y una para el cine, como simpática madre de John Candy en “Yo, tú y mama” (1991). En 2004, ella completó su libro autobiográfico denominado “Ella misma” (This himself), que tengo muchas ganas de leer.
This himself (su autobiografía)
En 2005 regresó a Irlanda para vivir allí, pero siete años después, volvió a Estados Unidos para vivir con su nieto.
Maureen como la hermosa Lady Godiva
En 2014 recibió un premio Oscar de la Academia honorífico en reconocimiento por su carrera, premio que le fue entregado de manos de Liam Neeson y Clint Eastwood.
Maureen recibe el oscar honorífico en el año 2014
"Cualquier persona en el negocio del cine está encantada de conseguir cualquier premio, por pequeño que sea. Porque trabajamos tan duro y hacemos tantas cosas con nuestras propias capacidades... Ser capaz, es un gran honor", dijo durante la ceremonia.
Era toda elegancia y glamour
Como curiosidad Maureen O'Hara ha sido enterrada en el Cementerio Nacional de Arlington, junto a su esposo Charles Blair, el cual fue brigadier general de la fuerza aérea estadounidense desde 1968 hasta su muerte en un accidente aéreo una década después.
Fue enterrada con honores en el Cementerio Nacional de Arlington
Todos los honores para "La reina del Tecnicolor"
Y que mejor que ella misma para cantar en su propio funeral.
Maureen canta en su propio funeral
Así que para mí Maureen no ha muerto, siempre la recordaré paseando unas ovejas en la aldea irlandesa de Innisfree, nuestra querida Mary Kate ya se puede reencontrar con amado Sean Thorton y ahora el tren de Innisfree ya puede partir de la estación. Pero esta despedida no es triste, así que tus amigos salen a despedirte como se merece, como el memorable final de su película favorita "El hombre tranquilo". Buen viaje, pelirroja.
Y fue una de las mejores vaqueras que pisó el salvaje oeste:
1. Las aventuras de Buffalo Bill (1944) de William A. Wellman
2. Orgullo de Comanche (1950) de George Sherman
3. Río Grande (1950) de John Ford
5. La pelirroja de Wyoming (1953) de Lee Sholem
6. Asalto al fuerte Clark (1953) de George Sherman
7. Compañeros mortales (1961) de Sam Peckinpah
8. El gran McLintock (1963) de Andrew V. McLaglen
9. El gran Jack (1971) de George Sherman
10. El pony rojo (1973) (Tv )de Robert Totten
Qué hermoso homenaje. Sencillo y emocionante. Muchas gracias. Yo le dejé también unas líneas en mi blog, por si te apetece leerlo. https://siemprequedamolestar.wordpress.com/2015/10/24/adios-maureen/
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu homenaje, muy bonito e interesante tu entrada del blog.
EliminarMaureen O´Hara tuvo, sí, un gran amor en su vida y no fue precisamente Charles Blair; sentía celos de todas las actrices que trabajaron con él, y lo nombró y elogió cada vez que pudo.
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